martes, 22 de mayo de 2007

¡Dime qué comes y te diré de qué morirás!



Un estudio a largo plazo ha demostrado que la ingestión de alcohol, el tabaquismo y la ingestión de carnes rojas y alimentos con poca fibra elevan el riesgo de contraer cáncer.

El hombre es lo que come. De si y cómo la alimentación influye en el incremento del riesgo de contraer cáncer es el tema de un vasto estudio que realiza el Instituto alemán de Investigación de Alimentos (EPIC).

El estudio que sigue las costumbres alimenticias de medio millón de personas lleva ya quince años y es desarrollado por el EPIC, con sede en Potsdam Rehbrücke, en las cercanías de Berlín.

Uno de tres casos de cáncer se debe a una alimentación equivocada, según uno de los resultados obtenidos. Ello significa que si hubiera recomendaciones claras sobre dietas alimenticias y la gente se guiara por ellas, podría reducirse la incidencia del cáncer en una cuarta parte.

Pero aún no todo está investigado en la materia. Los científicos necesitan recopilar más datos para poder emitir un “cálculo político” que permita diseñar medidas practicables de sanidad.

No basta con establecer cuán fuerte es la relación entre la comida y el cáncer sino cuál es el significado de los factores en la aparición de cáncer y cuáles pueden ser las medidas preventivas.

Por lo pronto, los científicos han descubierto que hay determinados tipos de cáncer relacionados con la alimentación. Comprobado está que el cáncer de estómago se debe a una alimentación deficiente o errada, aparte de la componente genética. En cáncer de seno, por otra parte, no hay, hasta ahora, tal relación.

En el surgimiento de cáncer de seno hay muchas hormonas que juegan un papel preponderante, pero no se ha podido establecer en qué forma la alimentación influye en el perfil hormonal convirtiéndose en una causante de cáncer o no.

Así que comer más frutas y verduras no reduce el riesgo de contraer cáncer de seno, pero si el de pulmón u otros tipos de cáncer que afectan al tracto respiratorio.

Quien ingiere muchas fibras y pescado, baja el riesgo de adquirir cáncer de intestino”, sostienen los científicos del EPIC. Quien, en cambio, come muchas carnes rojas y salchichas, eleva dicho riesgo.

Se Sospecha que las carnes rojas están asociadas a un incremento elevado del cáncer debido a su alto contenido de hemoglobina. El hierro, componente de la hemoglobina, podría fungir como catalizador de determinadas sustancias, las llamadas combinaciones nítricas.

El estudio dirigido por el profesor Heiner Boeing, de Potsdam, está programado para durar otros 15 o 20 años. En la actual fase del estudio, los científicos buscan las relaciones entre el consumo de bebidas alcohólicas y la generación de cáncer. Un aspecto dado en encargo por la Unión Europa que lo financia.

Comprobado está que el cáncer de boca, faringe, laringe y estómago son, en buena parte, los resultados del consumo de licores y tabaco y las mujeres que fuman y beben están predispuestas a sufrir de cáncer de seno.

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