domingo, 20 de mayo de 2007

Aliento delator



Médicos experimentados saben que algunas enfermedades se pueden oler. El aliento de los diabéticos, por ejemplo, huele a acetona. Con una nueva técnica se quiere mejorar el diagnóstico a partir del aire expirado.

El aire expirado por los seres humanos contiene normalmente varios cientos de combinaciones químicas. De la composición de esos oligogases se podrían sacar conclusiones acerca del metabolismo humano y por lo tanto de eventuales enfermedades.

El problema es que las cantidades de sustancias contenidas en el aliento son tan pequeñas, que con la técnica actualmente a disposición para ello, la cromatografía de gases, determinarlas es muy complicado y costoso.

En ayuda de los galenos viene ahora una nueva técnica que está desarrollando el Instituto de Estudios Médicos sobre el Láser de la Universidad de Düsseldorf. El procedimiento se llama CALOS (Cavity Leak Out) y es un análisis espectrométrico de alta sensibilidad en tiempo real.

El profesor Manfred Mürtz y director del Grupo de Trabajo de Espectrometría Infrarroja de Láser, explica que disparando con un rayo láser a través de la muestra de aliento que queremos analizar y medimos cómo se debilita la luz al pasar por el aire”.

El rayo láser va y viene muchas veces a través de una cubeta llena de aliento, reflejándose en espejos. Los oligogases, incluso en concentraciones muy bajas, de hasta una parte en mil millones, absorben así siempre parte del espectro de frecuencias del láser, permitiendo ser reconocidas.

En el caso de enfermedades asmáticas hallamos altas concentraciones de óxido nítrico. En pacientes de asma se puede determinar si están lo suficientemente medicamentados midiendo la concentración de óxido nítrico en su aliento.

Actualmente, el Grupo de Trabajo se concentra también en la sustancia etano. El etano está considerado un confiable marcador biológico del “status de estrés de oxidación. Ello significa que en el cuerpo hay demasiados radicales libres o, lo que es lo mismo, que los mecanismos de oxidación están debilitados.

Ello puede tener su origen en diversas enfermedades, pero también puede deberse a otras causas, por ejemplo fumar o estar expuesto excesivamente a rayos ultravioletas. El exceso de radicales libres en el organismo humano destruye las paredes de las células.

Cuando en el aliento aparecen considerables concentraciones de etano, sabemos que en los pacientes existe un desequilibrio entre oxidantes y antioxidantes. El problema hasta ahora era que en la mayoría de los casos los volúmenes de etano no podían determinarse en forma segura con las técnicas a disposición.

El nuevo procedimiento convence por su sensibilidad y rapidez. El procedimiento es también lo suficientemente sensible como para detectar combinaciones químicas volátiles que emiten diversos explosivos. Es posible entonces que la técnica sea utilizada próximamente también en los aeropuertos.

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